sábado, 28 de julio de 2012

La eutanasia


Eutanasia: un debate vigente

La eutanasia, palabra de origen griego (de "eu", bien y "thánatos", muerte) que significa "buena muerte", es, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, el acortamiento voluntario de la vida de quien padece una enfermedad incurable, para poner fin a sus sufrimientos. En ese contexto hoy en día es materia de debate su puesta en práctica, pues si bien existen orientaciones religiosas y éticas que lo impiden, no es menor la cantidad de enfermos terminales que claman por el término de las largas agonías provocadas por sus males. Para su implementación en ocasiones se hace uso de la frase "muerte digna" como una forma de graficar lo que significa su puesta en escena en las personas afectadas.

Definiciones

En las prácticas de eutanasia siempre hay al menos dos personas como participantes, y dependiendo de sus actos son los tipos de muerte voluntaria o asistida que entran en consideración en el debate. Las diferencias se dan en el ámbito de quién realiza la acción sin la cual el enfermo seguiría con vida.

Eutanasia activa

Es el acto en que la vida del enfermo es terminada por la acción de otra persona que busca justamente este resultado. Por ejemplo, administrando una inyección letal, una sobredosis de drogas u ocasionando un paro cardiorrespiratorio. La eutanasia pasiva causa el mismo resultado, pero producto de una omisión de los tratamientos que mantienen con vida al paciente.

El suicidio asistido

Se diferencia de la eutanasia en que es el mismo enfermo el que realiza el acto final, pero un tercero le ha facilitado las cosas para que así sea. Por ejemplo, poniendo una jeringa con veneno en la vena del paciente, para que éste sea quien se inyecte el líquido. Un conocido ejemplo de esto es la "máquina de la muerte" del doctor Jack Kevorkian, mediante la cual la persona sólo tenía que presionar un botón para que una emisión de monóxido de carbono acabara con su vida. Más de cien personas murieron asistidas por este médico entre 1990 y 1998. Kevorkian cumple ahora una condena de 10 a 25 años de cárcel por homicidio en segundo grado.

 La eutanasia lenitiva

Se da cuando la muerte es producto de los efectos secundarios de algún tratamiento contra el dolor. La salvedad es que los medicamentos y acciones que se toman para con el enfermo no buscan su muerte, sino aliviar su sufrimiento en vida, y se entiende que el deceso puede ser una consecuencia aceptable de esta acción.

En el polo opuesto se encuentra la distanasia o encarnizamiento terapéutico, que consiste en mantener con vida a un enfermo con medidas exageradas, costosas, desproporcionadas y a veces hasta peligrosas. Es una forma de mantener a una persona con vida a cualquier precio, a veces incluso aumentando su dolor. Como medida para contrarrestar esto existe la adistanasia, que consiste en retirar los tratamientos excesivos, lo que trae la muerte natural de la persona.

Los argumentos a favor y en contra

Los argumentos que condenan y defienden la eutanasia se nutren de varias fuentes, desde concepciones filosóficas, pasando por consideraciones religiosas y solidarias hasta fundamentos netamente pragmáticos.

Quienes ven la eutanasia como una forma válida y digna de morir se basan en la idea de que el hombre es dueño de su propia vida y que como tal tiene el intrínseco derecho de ponerle fin, especialmente si esa vida consiste únicamente en dolor y sufrimiento sin posibilidad de mejora. Además se aduce que sólo se adelanta un final de todas maneras inevitable y que con esto no sólo se pone acaba una larga agonía, sino que también se da un alivio a la familia que sufre junto con el enfermo y que muchas veces debe hacerse cargo de los costosos tratamientos médicos que lo mantienen con vida.

Los que atacan la eutanasia refutan la concepción de que el hombre es dueño de su vida. Según ellos la vida es un valor en sí mismo de origen divino que la persona sólo administra, no posee. Consideran que la eutanasia no es más que un eufemismo para encubrir un homicidio o un suicidio y que la mejor solución es dar una muerte digna al enfermo mediante el alivio de su dolor en vida en espera del deceso natural, es decir, hacer la existencia de la persona lo más cómoda posible hasta su fallecimiento inevitable. Otros argumentos apuntan a que legalizar la eutanasia da pie para que los familiares de un enfermo grave le den muerte obedeciendo a intereses materiales o monetarios, hace que los médicos contravengan el juramento hipocrático y hace que el Estado renuncie al deber de proteger la vida de las personas.